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El Agua Incierta, presentada por el elenco Tierra Teatro, es una obra que nos sumerge en una reflexión íntima y poética sobre las necesidades y pérdidas que definen la existencia de una pareja. En medio de una noche bañada por la luz de la luna, los personajes esperan la llegada del agua, símbolo tanto de vida como de incertidumbre. La dramaturgia de Sonnia De Monte, impregnada de sensibilidad y profundidad, logra conectar de manera magistral la situación personal de los personajes con una problemática más amplia y urgente: la crisis del agua, tan relevante para el pueblo mendocino.
La obra destaca por su capacidad de fusionar lo íntimo con lo universal, revelando en los diálogos de la pareja no solo sus deseos y frustraciones, sino también las tensiones inherentes a la espera y al paso del tiempo. A través de una atmósfera cargada de presencias misteriosas, música envolvente y sombras inquietantes, la puesta en escena de El Agua Incierta crea un espacio donde el pasado, el presente y lo onírico se entrelazan. La escenografía diseñada por Rodolfo Carmona amplifica este sentimiento de suspensión, evocando texturas de la tierra y del cielo, mientras las luces y sombras proyectadas sobre el escenario acentúan el estado emocional de los personajes, atrapados entre la quietud de la espera y el deseo de acción.
La interpretación de Raúl "El Colo" Rojas y su compañera en escena logra transmitir con sutileza y profundidad las emociones de los personajes, balanceando el humor con la melancolía en una danza constante de recuerdos y revelaciones. Su química es palpable y, a medida que la historia avanza, el público se sumerge cada vez más en sus historias personales, que reflejan las luchas y sueños de tantos otros.
En definitiva, El Agua Incierta no solo es una obra que explora la fragilidad humana ante la espera y el cambio, sino también una alegoría sobre el valor de la memoria, los nombres y las palabras en tiempos de incertidumbre. Con una narrativa poderosa y una puesta en escena cautivadora, esta pieza logra resonar en lo más profundo del espectador, invitándolo a reflexionar sobre las conexiones entre lo personal y lo colectivo, entre la intimidad y el mundo exterior.